El buen sabor y el aspecto característico de la Coliflor de Calahorra muestran al consumidor la calidad de esta hortaliza, con Indicación Geográfica Protegida, que se cultiva en La Rioja y que es cada vez más conocida y demandada en mercados nacionales e internacionales.
La Coliflor de Calahorra se distingue por sus hojas verdes, su forma compacta, su color blanco, su tamaño, la ausencia de gránulos y por un agradable sabor, características que son fruto de la climatología de la zona y de los métodos de producción de los agricultores, en una tierra con importante tradición y experiencia agrícola.
Los cuidados en el cultivo, la recogida y el manipulado de este producto garantizan la conservación de la Coliflor de Calahorra hasta que llega al hogar del consumidor. Con este objetivo, se efectúa la recolección manual, se mantienen -de forma obligatoria- las hojas verdes que cubren el producto para protegerlo durante el traslado y se entrega el producto en el almacén antes de que transcurran 12 horas desde el momento en que se recoge.
Después, debe conservarse a una temperatura de entre 0 y 5 º, con alta humedad relativa. La Coliflor de Calahorra se comercializa retractilada o en cajas, en función de la demanda del mercado, y siempre etiquetada bajo el distintivo de la IGP.