Los agricultores y almacenistas que producen la Coliflor de Calahorra mantienen la tradición de este cultivo, presente en la zona desde el siglo XIX. A los conocimientos que desde entonces han adquirido y transmitido los productores de generación en generación, se suma la aplicación de modernas técnicas y una continua investigación para lograr la mayor calidad.
Con este fin, la Asociación Profesional de Productores y Comercializadores de la Coliflor, que gestiona la IGP, prueba nuevas variedades en campos de ensayo para ver su adaptación y la evolución que experimentan en estos terrenos.
Agricultores y centrales comercializadoras siguen de cerca estas pruebas, para tener mayores conocimientos sobre las características, uniformidad y consistencia del producto y sobre el momento idóneo de la recolección. De este modo, la IGP Coliflor de Calahorra se adapta, permanentemente, a las nuevas variedades existentes y trabaja para contar con plantaciones cada vez más respetuosas con el medio ambiente.